Vuelve a empezar
Por los que caen. Siempre, en nuestra oración
cotidiana, debemos tener presentes y rezar por los que caen ya sea en pecado,
o que están desanimados y desalentados, para que puedan levantarse de tal
estado, ya sea mediante una sincera confesión sacramental, o renovando sus
esperanzas y ánimo. Son tantas cosas tristes que
hay en la vida, que a veces uno cae y necesita de la ayuda de otro para
levantarse, de ayuda material, o también de ayuda espiritual, por medio del
consejo o quizás de la oración. Recordemos cuando hemos caído
nosotros y cómo nos hubiese gustado que nos socorrieran, y entonces obremos
de la misma manera con los demás, porque si Dios nos cuida y no permite que
caigamos, no es para que nos ensoberbezcamos y nos volvamos duros de corazón,
sino para que ayudemos a otros a seguir adelante. Pensemos en Jesús, en el
momento de ir al encuentro de Judas y recibir el beso traidor. ¡Qué tentación
de desaliento habrá tenido el Señor, al ver que uno de sus discípulos lo
traicionaba, y al vislumbrar, con su mirada de Dios, la inutilidad de su
Sacrificio para muchísimas almas! Pero igualmente Él venció todo, y a pesar
de todo marchó hacia la Cruz. Pidamos, entonces, ayuda al
Señor, que comprende nuestras caídas y desalientos, y recemos por nosotros y
por los que han caído, para que tengan fuerzas de levantarse una y otra vez. |
Acuario
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1.27.2021
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