No tropieces con la misma piedra

GRACIAS..POR..EXISTIR

No tropieces con la misma piedra

María Marín

Imagínate que hoy te levantas con muchos ánimos y decides hacer ejercicio. Vas a un parque muy bonito y empiezas a trotar.Mientras corres estás disfrutando de los árboles, los niños jugando, la brisa acariciando tu pelo y de repente, ¡catapún!, te tropiezas con una piedra enorme que había en el camino y te caes.

Después que pasa el dolor, la vergüenza y el susto, te sacudes y te levantas del suelo para seguir corriendo.

Pero, antes de continuar, ¿recogerías la piedra que te ocasionó la caída y te la llevarías contigo o la dejarías ahí tirada? Es obvio que no la vas a recoger porque esa piedra es un estorbo que no te sirve para nada.

Llevarla contigo sería un recordatorio eterno de la caída que sufriste. En tu vida, cuando algo o alguien te hiere continuamente y sigues en esa situación es igual que si cargaras esa piedra y la pusieras al frente tuyo para tropezarte con ella de nuevo.

Los obstáculos y los momentos difíciles sirven a un solo propósito: aprender de ellos. Si alguna vez te has preguntado “¿por qué siempre me pasan a mí estas cosas?”, debes analizar tu comportamiento, porque estás dejando una importante lección en el olvido.

Lleva contigo una libretita en la que apuntarás cada vez que cometas el mismo error. Al lado de cada fallo vas a escribir qué lección aprendiste.

Por ejemplo, si es la tercera vez que llegas tarde al trabajo y te llamaron la atención, apunta: “Aprendí que cuando voy de parranda la noche anterior, quedo mal con mi supervisor al día siguiente”.

Cada vez que algo te salga mal, dedica un momento para entender por qué y qué podrías haber hecho distinto. De ahora en adelante aplica a tus acciones esta frase de Albert Einstein: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Cuando creas conciencia de tus errores y cómo te hacen sentir no los seguirás cometiendo.