GRACIAS..POR..EXISTIR
Madre del cielo.
Nadie puede sentirse huérfano aunque carezca de padre y madre terrenales, porque todos los hombres tenemos una Madre en el Cielo, que cuida de nosotros como la más solícita y amorosa de las madres; y como esta Madre es también Madre de Dios, podemos estar seguros y tranquilos de que todo nos irá bien, y hasta las desgracias que nos sucedan se convertirán en fuente de méritos para nosotros y para los nuestros, porque María, nuestra Mamá celestial, las trocará en cosas buenas y benditas.
María Santísima, que es la Madre que tenemos en el Cielo, está también constantemente a nuestro lado, porque Ella, desde su Asunción en cuerpo y alma a los cielos, tiene un cuerpo glorioso como el de Jesús, y por eso puede estar en todas partes al mismo tiempo. Pero aunque esto no fuera así, también sabemos que Dios es Omnipresente, es decir, que está en todas partes. Pues bien, si Dios es Omnipresente por naturaleza, la Virgen lo es por gracia, así que Ella puede estar también en todas partes al mismo tiempo, y por eso María está a nuestro lado día y noche, también con su cuerpo, para cuidarnos y protegernos de todo mal.
Hablemos con nuestra Mamá celestial, porque no es buen hijo el que no habla con su madre y, al contrario, es muy buen hijo el que se entretiene en coloquios de amor con su madre y gusta de pasar largos ratos en compañía de su mamá.
Así también nosotros pasemos largos momentos en conversación amorosa con nuestra Madre del cielo, la Virgen, y preparémonos a ver cosas grandes y maravillosas en nuestras vidas.
Nadie puede sentirse huérfano aunque carezca de padre y madre terrenales, porque todos los hombres tenemos una Madre en el Cielo, que cuida de nosotros como la más solícita y amorosa de las madres; y como esta Madre es también Madre de Dios, podemos estar seguros y tranquilos de que todo nos irá bien, y hasta las desgracias que nos sucedan se convertirán en fuente de méritos para nosotros y para los nuestros, porque María, nuestra Mamá celestial, las trocará en cosas buenas y benditas.
María Santísima, que es la Madre que tenemos en el Cielo, está también constantemente a nuestro lado, porque Ella, desde su Asunción en cuerpo y alma a los cielos, tiene un cuerpo glorioso como el de Jesús, y por eso puede estar en todas partes al mismo tiempo. Pero aunque esto no fuera así, también sabemos que Dios es Omnipresente, es decir, que está en todas partes. Pues bien, si Dios es Omnipresente por naturaleza, la Virgen lo es por gracia, así que Ella puede estar también en todas partes al mismo tiempo, y por eso María está a nuestro lado día y noche, también con su cuerpo, para cuidarnos y protegernos de todo mal.
Hablemos con nuestra Mamá celestial, porque no es buen hijo el que no habla con su madre y, al contrario, es muy buen hijo el que se entretiene en coloquios de amor con su madre y gusta de pasar largos ratos en compañía de su mamá.
Así también nosotros pasemos largos momentos en conversación amorosa con nuestra Madre del cielo, la Virgen, y preparémonos a ver cosas grandes y maravillosas en nuestras vidas.
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