Acuario

10.17.2010

“Un hijo de María nunca perecerá.”


GRACIAS..POR..EXISTIR

“Un hijo de María nunca perecerá.”

Con la imagen Virgen de Schoenstatt, Madre tres veces Admirable, cuya festividad celebraremos el próximo 18 de octubre, presentamos la Edición 541 de "El Camino de María", Newsletter con textos para hacer oración con la Madre del Redentor. El 18 de octubre -aniversario de la primera Alianza de Amor y fundación de Schoenstatt- será un día dedicado a la oración en los Santuarios de Schoenstatt. La devoción de la Madre, Reina y Victoriosa tres veces Admirable de Schoenstatt se origina en el Santuario que está en Schoenstatt (Alemania) a orillas del río Rhin, cerca de la ciudad de Vallendar. Allí el 18 de octubre de 1914, un grupo de jóvenes guiados por su Director espiritual el Padre José Kentenich, se consagraron a la Virgen sellando con Ella una Alianza de Amor. Le pedían a María que se estableciera en el Santuario, y desde allí distribuyera los abundantes dones y gracias que su Hijo Jesucristo le concede; a cambio, ellos le ofrecían sus oraciones y sacrificios, sus éxitos y sus fracasos (capital de gracias).
María Santísima es tres veces Admirable porque es Hija predilecta del Padre, Madre y Compañera de Cristo y Templo del Espíritu Santo, pero, además, Ella es tres veces Admirable porque cumple en forma admirable sus tareas de Madre, Educadora y Reina.
Como Madre, María cuida de las necesidades de los hombres tanto las materiales como las espirituales.Como Educadora, Ella quiere transformar el corazón de sus hijos: el hombre viejo debe dejar lugar al hombre nuevo, hecho a imagen y semejanza de Jesús.Como Reina, María estimula a los cristianos a que construyan un mundo más coherente con los valores del Reino de Cristo: más justo, libre, veraz, solidario y filial. En los cinco continentes se encuentran alrededor de 200 Santuarios y miles de ermitas dedicadas a la Madre tres veces Admirable, donde se reciben especialmente las llamadas “gracias de peregrinación”, que penetran en el alma de los peregrinos y la sanan.
-La gracia del cobijamiento espiritual. -La gracia de la transformación interior.-La gracia del envío apostólico. La peregrinación constante y fiel al Santuario, el contacto permanente con esta fuente santa de gracias, permite a la Santísima Virgen actuar como nuestra Madre, Educadora y Reina regalándonos las gracias que necesitamos. La gracia del cobijamiento espiritual: es la certeza de que Dios nos ama, que nunca nos dejará porque siempre está dispuesto a recibirnos como hijos pródigos.La gracia de la transformación interior: es la experiencia de que amando a Maria nos asemejamos a Ella en su Amor a Dios y a los hombres.La gracia del envío apostólico: es el anhelo que surge en el corazón del que ha sido bendecido por Dios, de que otros reciban esa misma bendición.
Cuando uno entra en los Santuarios de Schoenstatt se puede leer en torno a la imagen de gracias la siguiente frase que es todo un lema de vida: “Un hijo de María nunca perecerá.”

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